Sobre la construcción de nuevos asfaltados, Riquelme consideró que “realmente es un beneficio, un progreso, que la ciudadanía espera, pero no podemos hacer caso omiso a las consecuencias colaterales que trae, porque nuestra ciudad está perdiendo capacidad de sedimentación”. “Eso, cuando llueve ayuda a que la fuerza del raudal no impacte negativamente a su paso”, agregó.

“Sería bueno que empecemos a planificar y pensar en las consecuencias que pueden tener ciertos progresos. Todos estamos felices porque varios compueblanos van a tener asfaltados frente a sus casas, pero también otros compueblanos van a sufrir el impacto. Habría que ir previendo y ver posibles desagües pluviales para que otras personas no sean perjudicadas”, concluyó.